En mi trabajo exploro el acto de habitar, buscando capturar la experiencia del paisaje y cuestionando los límites entre espacio interior y exterior; cuerpo y entorno. Mi proceso se origina en el caminar, incluyendo tanto sus pausas como sus movimientos, lo cual me permite acceder a un estado de presencia que posibilita la observación del lugar y de mí misma en él. Busco palpar la belleza intrínseca y los encuentros fortuitos e impermanentes entre mi percepción y el acontecer, los cuales internalizo a través de bitácoras, dibujos, snapshots, videos y breves notas que luego alimentan mi pintura en acuarela.
Creo esencialmente imágenes en acuarela sobre papel dado el carácter portátil y transportable del medio, pero asimismo porque posibilita la inmediatez del gesto, una interpretación de la realidad con cierta economía de recursos y síntesis de la mirada. La transparencia y fluidez de la acuarela me permite jugar con la superposición de capas, que ayudan a descomponer y recomponer el paisaje percibido, permitiéndome indagar en atmósferas efímeras y elementos que se yuxtaponen en un tiempo determinado. Entiendo mis pinturas de paisaje como secuencias temporales que se apropian de la mirada cartográfica para dar cuenta de una geografía subjetiva, como parte de un relato que nunca deja de reescribirse. Por ello, el montaje y la interacción entre las obras son también un elemento protagonista que intenciono específicamente al desarrollar cada proyecto y su puesta en el espacio.